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AUDIRIESGO

OJO POR OJO, Y DIENTE POR DIENTE

El problema con la aplicación de este principio es el riesgo de terminar todos tuertos.

¿Estamos regresando a la ley del talión, ojo por ojo y diente por diente? ¿O quizá nunca hemos dejado de practicarla? La palabra talión viene del latín talis, que significa idéntico, y su práctica se menciona desde el código de Hammurabi en el siglo XVIII A.C., amén de referencias en la Biblia y el Corán. Es el reverso perverso de no hagas al otro lo que no quieres que te hagan.

El problema con la aplicación de este principio es el riesgo de terminar todos tuertos. Así, una pequeña ofensa se va escalando hasta terminar en tragedia. Se ve en las relaciones personales y en las internacionales, donde del desentendimiento se pasa al resentimiento, y luego al odio. Trump inició la guerra de tarifas entre USA y China, y llegó a considerar a China como una amenaza existencial hasta el inicio de la guerra Rusia – Ucrania cuando (ahora bajo la administración de Biden), se elevó substancialmente la percepción de riesgo con Rusia, y se revaluó a China para considerarla, meramente, como la principal competencia.

Nuestra naturaleza humana, diversa, competitiva y limitada nos juega estas malas pasadas del agravio mutuo, más riesgosas desde 1945 por las armas nucleares que pueden llevar al exterminio mutuo. El reloj del apocalipsis que publica desde 1947 el Boletín de Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago marca desde enero de este año 90 segundos hasta la media noche de un conflicto nuclear que nos extermine.

Se pensaba que las armas nucleares disuadirían y reducirían las guerras, pero, la rutina y el exceso de confianza nos han traído al punto en que las dos mayores potencias nucleares, USA y Rusia, siguen después de dos años involucrados en la guerra de Ucrania. Para USA parece fácil porque no arriesga la vida de sus soldados, pero eso es un triste consuelo para una situación donde se estiman los muertos ucranianos por encima de los 400.000. Y si eso quiere alguien para sus amigos, qué podrá desear para los enemigos.  

Ahora estamos en vilo por la guerra entre Israel y Hamas, no solamente por la tragedia humanitaria y los millones de desplazados que vendrán, sino por el peligro de un contagio regional, y quién sabe si también global. USA ha desplazado dos portaviones inmensos (uno de ellos el más grande del mundo, el Gerald Ford), a la región para prevenir el escalamiento, pero los entendidos dicen hace un tiempo que estos poderosos barcos son también frágiles porque están a la vista de todos y podrían ser blanco de un dron como ya le pasó al mayor barco de guerra ruso en el conflicto con Ucrania.  

Como individuos es poco lo que podemos hacer fuera de rezar un padre nuestro como oración universal que nos acerque al perdón muto de las ofensas que por nuestra naturaleza no dejaremos de infligirnos, muchas veces hasta con buenas intenciones.

JUAN GÓMEZ

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